Intel obtuvo un éxito importante en el mercado con sus unidades SSD X25-M, no sólo fue la unidad SSD más vendida del mercado, sino que también tiene una tasa de fiabilidad y compatibilidad muy alta. Sin embargo, la tecnología diariamente de manera considerable y a día de hoy ya disponemos del interfaz SATA 6 Gbps y gracias a ello Intel ha desarrollado Intel 510.
Se trata de un SSD de 250 Gbytes que hace uso de memorias NAND MLC de 34 nm que ofrecen velocidades de hasta 500 Mbytes/s en lectura y 315 Mbytes/s en escritura. En esta ocasión Intel ha decidido integrar la controladora Marvell 88SS9174-BKK2 en lugar de la suya propia.
La SSD 510 está diseñada para trabajar sobre bus SATA 6 Gbps, en la revisión anterior la unidad se muestra rápida pero no se diferencia del resto de unidades SATA 3 Gbps. Cuando trabaja sobre SATA 6 Gbps sus tasas de lectura aumentan notablemente y es algo que le coloca entre los primeros SSDs del mercado.
La controladora Marvell demuestra un buen rendimiento general, a excepción de la velocidad de escritura, punto en el que esta unidad queda algo vendida en comparación con la gama alta del mercado. Los IOPS que es capaz de desarrollar rozan los 20.000 y es un buen resultado, pero hablamos de menos de la mitad que cualquier SSD con controladora SandForce de última generación.
También está disponible en capacidad de 120 Gbytes a un precio menor, pero sus rendimientos son peores. Intel ha hecho un gran trabajo al ofrecer una unidad confiable, duradera y con un consumo contenido colocándola en la parte más modesta de la gama alta SSD actual.
Intel debería mejorar las tasas de escritura de esta unidad para poder luchar de tú a tú con otras soluciones del mercado como OCZ Vertex 3, o la última línea Corsair o A-DATA, entre otros.
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